A young man in a suit and tie lies on his back with arms stretched above his head, directly next to the metro station

The Drama of the World Deserves Witnesses

Joel Meyerowitz

Viajar para desarrollar tu
propia perspectiva

Nos encontramos en medio de la acción, incluso casi seis décadas después de la fecha en que se tomó la foto. En el verano de 1967, Joel Meyerowitz capturó un momento dramático en las calles de París que, incluso hoy en día, sigue despertando emociones: la escena tiene lugar en la estación de metro de Chaussée d'Antin, en el cruce del bullicioso bulevar Haussmann y la Rue La Fayette. Un joven con traje y corbata yace boca arriba con los brazos extendidos justo a la salida de la estación de metro. Las cadenas de seguridad de la entrada rozan su camisa blanca, el hombre parece haber sido abatido. Todo parece congelado: los transeúntes y los comerciantes se han detenido, miran con curiosidad, parecen desconcertados, el tráfico se atasca en el fondo. Meyerowitz capturó este momento de máxima tensión emocional y acciones complejas con su Leica M2 y una película de color. El tema se vuelve aún más enigmático por la presencia de una persona en el centro de la foto: un obrero con un martillo se abre paso entre la columna de estilo modernista de la entrada del metro y las cadenas metálicas de la barrera, y pasa impasible por encima del hombre tendido. La compasión, pero también la extraña conexión que cada observador establece entre el obrero con el martillo y el hombre tendido, determinan el dramatismo de la imagen, que aún hoy se percibe. Meyerowitz capturó este momento con rápidos reflejos, llegando al mismo tiempo a una importante conclusión: «¿Cuál es el mayor drama de la vida en la ciudad: el choque ficticio implícito entre dos personas o la indiferencia real de una hacia la otra? Una fotografía permite este tipo de contradicciones en la vida cotidiana; es más, las aviva».

Portrait Joel Meyerowitz

La fotografía consiste en estar absolutamente presente.

Joel Meyerowitz

Como paseante atento, el fotógrafo observó una escena única y la capturó para la eternidad dentro del flujo dinámico de la vida urbana. Las experiencias de su viaje por Europa reflejan una situación de cambio en la vida del fotógrafo y fueron determinantes para su carrera posterior: «En 1966 había ganado tanto dinero que pensé que podría irme un año a Europa y dedicarme solo a la fotografía. Quizá fue ese espíritu abierto ilimitado hacia la vida lo que despertó en mí la curiosidad y la disposición a dejar ir las cosas y seguir adelante. En cualquier caso, influyó en mi visión de Europa. Nunca había sido tan feliz ni había tenido tantas ganas de que el mundo se mostrara ante mí. Descubrí mi carácter, si se puede decir así. No tenía miedo de explorar lugares, grupos o situaciones que antes nunca se me habrían pasado por la cabeza. Era como si llevar una cámara me diera licencia para ver, y de estos impulsos surgieron los pequeños descubrimientos en los que se basa la fotografía. Sé que la experiencia de fotografiar en Europa me cambió y me dio una perspectiva distinta. Era justo lo que necesitaba para encontrarme a mí mismo, y también para tener otra visión de Estados Unidos cuando regresé a casa».

A young man in a suit and tie lies on his back with arms stretched above his head, directly next to the metro station.

La fotografía me ha proporcionado mi comprensión del mundo, mi lugar en él, y mi filosofía tanto del arte como de la vida.

Joel Meyerowitz