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The Small Questions
of the World
Deserve Witnesses

Emil Gataullin

Deambulando por el museo

Esta fotografía, titulada "David", la tomé en 2012 en Moscú. Pertenece a una serie de imágenes que tomé con motivo de la exposición «El museo desde el punto de vista de un fotógrafo», dedicada a los cien años de historia del Museo de Bellas Artes Pushkin. Estuve varios días deambulando por las salas del museo con mi cámara. Me centré en las obras expuestas, los espectadores y sus interacciones, por lo que casi no hay fotos de personas posando.

Prefiero ser discreto y observar la situación sin interferir, a la espera del momento oportuno. Es difícil hallarse ante el David de Miguel Ángel y no sentirse cautivado. Buscaba una perspectiva interesante de la obra, así que decidí fotografiarla desde arriba, desde lo alto de las escaleras que hay detrás. De entre todas las imágenes que tomé desde aquel sitio, elegí la de una madre que le hacía un comentario a su hija. Lo que más me atrae es la vida de la gente; las relaciones que establecen entre ellos y los lugares donde viven.

Nunca sé dónde encontraré un motivo interesante para una foto; no trazo un plan de antemano, no persigo una imagen concreta. Para mí, el proceso fotográfico consiste en la búsqueda de los momentos que muestran la belleza de la vida cotidiana y de los medios para transmitirlos al espectador.

The Small Questions of the World Deserve Witnesses

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Emil Gataullin
Fotografía lo que te emocione, sé honesto y crítico contigo mismo.
Emil Gataulin

Nací en 1972 en la ciudad rusa de Yoshkar-Olá. Soy artista de formación, estudié en la Escuela de Arte de Kazán y en el Instituto Estatal de Arte Surikov de Moscú. Mi tío me regaló mi primera cámara cuando tenía dieciséis años y despertó mi interés por la fotografía. En esa época me dedicaba principalmente a la pintura. Tras graduarme en 1999, empecé a trabajar por cuenta propia pintando murales interiores para clientes privados.

Aun así, seguía necesitando expresarme y mi pasión por la fotografía crecía día tras día. A principios de la década del 2000, esta disciplina se volvió fundamental en mi vida y comencé a dedicarle todo mi tiempo libre. Una persona que me influyó enormemente fue Alexander Lapin (1945-2012), con quien estudié durante un año temas fascinantes, como la composición fotográfica y la percepción visual. Quería averiguar qué fotografiar y cómo hacerlo, y también qué rumbo tomar de ahí en adelante. Así empecé una fase muy importante de mi vida, centrada de lleno en la fotografía. La fotografía y la pintura son distintas, por eso me gusta tanto, logra cosas imposibles para la pintura: la fotografía permite documentar fielmente la realidad, plasmar la importancia del azar y capturar instantes fugaces.

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Capturar el momento

No sabría decir qué me impulsa a levantar la cámara y tomar una foto en un momento concreto y no en otro. Reacciono ante la escena, casi siempre siguiendo mi intuición; como sentir una corazonada. Uso una cámara analógica Leica M7 y dos cámaras digitales Leica, M10 y Q.