
Conversaciones
En la Leica Gallery de Múnich, Johanna-Maria Fritz entabla un diálogo con la obra de Jürgen Schadeberg, ganador del Leica Hall of Fame, con motivo del centenario de la cámara Leica.
En el marco del centenario de Leica, en 2025 se inaugurará cada mes en una de las galerías Leica seleccionadas una nueva exposición que unirá a un talento contemporáneo con una de las ganadoras o los ganadores del Leica Hall of Fame Award (LHOF). Y así será también a partir del 14 de abril en la Leica Gallery de Múnich, donde Johanna-Maria Fritz dialoga con la obra de Jürgen Schadeberg. A la fotógrafa y al fotógrafo les une su olfato para captar lugares y personas marcados por las transformaciones sociales y económicas.

100 años de fotografía de Leica: ¿qué piensas al respecto?
Leica tiene una historia larga y compleja. Durante el nacionalsocialismo, la empresa participó en cierta medida en la economía de guerra y, al mismo tiempo, existía el «Leica Freedom Train», una iniciativa de rescate secreta con la que Ernst Leitz II y su hija Elsie Kühn-Leitz ayudaron a huir a empleados judíos. En muchos casos con una Leica, para que pudieran ganarse la vida como fotógrafos en el extranjero.
Aunque la Leica está más relacionada con los fotógrafos masculinos, como Henri Cartier-Bresson o Robert Capa, muchas mujeres también han creado obras destacadas con Leica. Inge Morath, Gerda Taro, Dorothea Lange o Jane Evelyn Atwood también influyeron en la historia de la fotografía con su perspectiva Leica.
Mi relación personal con Leica comenzó con una M6. Cuando cumplí 18 años, me dieron dinero para sacarme el carné de conducir y en lugar de eso me compré una Leica M6 de segunda mano por 600 euros. Esa fue mi primera decisión consciente en lo que respecta a una cámara, que me sigue acompañando a día de hoy.
¿Cómo ha influido la obra de las ganadoras y los ganadores del LHOF en tu propio trabajo?
Las obras de los galardonados con el LHOF han marcado de manera decisiva mi perspectiva como fotógrafa. Me alegra especialmente que Herlinde Koelbl y Barbara Klemm hayan sido galardonadas con este premio. Sus fotografías me han acompañado a lo largo de toda mi carrera y han contribuido a desarrollar mi comprensión de la narrativa visual y la profundidad de la imagen.
Recuerdo cuando, siendo apenas una joven fotógrafa, visité la exposición de Barbara Klemm en el Gropius Bau de Berlín. Había escuchado en alguna parte que a menudo era calificada de inofensiva e incluso se la subestimaba. Eso me conmovió profundamente. Como mujer, a menudo es más fácil acceder a la gente, ya que dejan de lado sus mecanismos de protección. Comparto esta experiencia y en mi trabajo la veo como una oportunidad y como una responsabilidad.
¿Cuáles son las similitudes o diferencias que se aprecian en este diálogo?
Jürgen Schadeberg y yo compartimos un mismo objetivo: documentar la historia y la capacidad de resistencia humana. Él retrató el apartheid en Sudáfrica poniendo el foco en la opresión y la resistencia, mientras que yo me dedico a las comunidades marginadas y zonas de conflicto de todo el mundo, prestando especial atención a las experiencias de las mujeres. Aunque nuestros estilos reflejan épocas diferentes, ambos utilizamos la fotografía como herramienta para contar historias y promover el cambio. Esta exposición establece un diálogo entre conflictos pasados y presentes y muestra cómo las fotografías pueden preservar la historia y dar voz a aquellos que a menudo son ignorados.
¿Dónde encuentras la inspiración?
He de diferenciar entre mis proyectos documentales independientes y mi trabajo periodístico. En los proyectos independientes investigo un tema en profundidad durante un extenso periodo de tiempo, como en mi proyecto actual Keep Her Pure, que trata sobre el concepto de virginidad femenina. Para ello, investigo en todos los sentidos, no solo a través de la fotografía, sino también del sonido, el texto y el vídeo.
Por otro lado, mi trabajo periodístico me lleva a menudo a lugares donde se cometen atrocidades criminales. Creo que mi deber es documentarlas y contribuir a hacerlas públicas. El proyecto que realicé para Leica lo abordé desde un punto de vista más periodístico que mis trabajos independientes. Solo teníamos dos semanas, que pasé en West Virginia. Acompañada de un periodista amigo, viajé por la región, hablé con mucha gente y exploré los lugares.
¿De qué trata tu serie?
Es una historia sobre el declive del boom del carbón en Estados Unidos, sobre lo que ocurre cuando una región pierde su industria principal y sobre aquellos que no quieren ser olvidados. A mediados del siglo pasado, unas 125 000 personas trabajaban en las minas de carbón de West Virginia, al este de Estados Unidos. Hoy en día apenas son 13 000. Lo que antaño fueron tierras prósperas gracias al carbón, hoy en día son ciudades fantasma, entre ellas Rhodell. Donde antes había cines, tiendas y gasolineras, hoy solo quedan ruinas cubiertas maleza. Aun así, en Rhodell siguen viviendo unas 130 personas, el 34 por ciento por debajo del umbral de la pobreza.
¿Qué cámara utilizaste y por qué?
La Leica SL3. Quería utilizar una cámara de fotograma completo con enfoque automático y tener la posibilidad de cambiar de objetivo.
¿Cómo crees que ha cambiado la fotografía en las últimas décadas?
Por supuesto, ha habido un cambio de la fotografía analógica a la digital. Mientras estudiaba, hace diez años, solía fotografiar mucho en analógico. Por aquel entonces, las películas eran caras, pero no tan absurdamente caras como hoy en día. Ahora simplemente no puedo permitirme realizar proyectos grandes en analógico. Además, las cámaras de formato medio digitales han cambiado las reglas del juego. Abren posibilidades completamente nuevas.

¿Cómo valoras la situación actual de las fotógrafas y los fotógrafos?
Creo que las fotoperiodistas y los fotoperiodistas son tremendamente importantes en este momento. La inteligencia artificial genera imágenes falsas y las fake news se difunden rápidamente en las redes sociales. Por eso tenemos la tarea de hacer visible la verdad.
Sin embargo, muchos medios de comunicación intentan ahorrar costes. Los grandes periódicos optan cada vez más por pagar tarifas fijas por la cobertura de las zonas de guerra y reducen las tarifas diarias, ya de por sí bajas. Mientras tanto, el coste de la vida sigue en aumento. Esto me preocupa.
¿Qué papel desempeñan las galerías en la era digital y, en especial, para tu obra?
Creo que las exposiciones son esenciales, ya sea en galerías, museos o en espacios públicos. Ver una imagen impresa permite interactuar con la fotografía de una forma mucho más intensa que si solo se ve en el móvil o en el ordenador.
Por otro lado, visitar un museo o una galería es a menudo una experiencia elitista. En cambio, las exposiciones al aire libre o Internet permiten que personas de cualquier clase social y de todo el mundo tengan acceso a las imágenes. No obstante, las galerías desempeñan un papel fundamental en mi trabajo, ya que ofrecen un espacio en el que mis fotografías pueden presentarse tal y como fueron concebidas. Y, por supuesto, las exposiciones son también una parte importante de mi sustento como fotógrafa.

Johanna-Maria Fritz
Oficialmente, Johanna-Maria Fritz vive en Berlín, pero en realidad se pasa el año viajando. Estudió fotografía en la Ostkreuzschule de Berlín y, desde principios de 2019, es miembro de la agencia homónima. Sus trabajos han sido publicados en Spiegel, Die Zeit, National Geographic y Le Monde. Fritz ha recibido múltiples galardones por su trabajo, como el Premio Inge Morath y el Deutscher Friedenspreis für Fotografie (Premio Alemán de la Paz de Fotografía). También estuvo presente en Siria realizando fotografías tras la caída del régimen de Assad.

Jürgen Schadeberg
Nacido en Berlín, estudió en la Schule für Optik und Phototechnik (Escuela de Óptica y Fotografía) antes de trabajar para la Deutsche Presse-Agentur (Agencia Alemana de Prensa) en Hamburgo. En 1950 se trasladó a Sudáfrica y hasta 1959 trabajó para la revista Drum, el foro más importante para la población negra mayoritaria. Documentó las condiciones de vida bajo el régimen racista del apartheid y retrató a personalidades como Nelson Mandela y Miriam Makeba. Más adelante regresó a Europa y posteriormente se trasladó a Estados Unidos. En 2018, Leica Camera AG lo incluyó en el Leica Hall of Fame.