En este proyecto, la fotógrafa Lauren Fleishman combina su fotografía con entrevistas francas, en las que parejas unidas durante más de cincuenta años hablan de su amor. El proyecto se inspiró en las cartas de amor que su abuelo escribió a su abuela durante la Segunda Guerra Mundial. Para la última parte de su serie, utilizó una Leica Q2. La compacta y discreta cámara Q2 le permitió captar imágenes íntimas de la vida de parejas de Estados Unidos, Turquía y Reino Unido.

Íntimo, no siempre fácil pero tan diverso como la vida misma.

"Quería casarse. Se lo comentó a la casera del edificio y ella le sugirió algunas chicas solteras del barrio, entre ellas yo. Mi madre pensó que sería un candidato ideal porque no tenía a nadie: ni padres, ni hermanos, nadie... Mi madre había sufrido mucho por su familia política, así que cuando encontró a alguien para mí sin familia, pensó que sería ideal. Cuando nos casamos no teníamos nada, estábamos de alquiler. Trabajamos en Alemania y conseguimos una casa. Yo trabajé mucho, cambié muchos trabajos y trabajaba en horarios extraños. No pudimos pensar en el amor. Nos necesitábamos el uno al otro. Para mí, el amor es un hábito y la amistad. El es muy honesto y recto. Me siento afortunada".