Sunny Hill Festival
En el recinto del Sunny Hill Festival, situado en la zona rural de Kosovo, se respira un ambiente festivo. Un cartel muy variado cautiva al público en el escenario: estrellas internacionales como Shawn Mendes y Peggie Gou comparten escenario con voces locales como Era Istrefi y, por supuesto, Dua Lipa.
Para ella, se trata de un regreso sensacional a su tierra natal. El Sunny Hill Festival fue creado en 2018 por Dua Lipa y su padre, Dukagjin Lipa. Es una celebración de la música y sirve como símbolo de su orgullo cultural. Desde entonces, el evento se ha convertido en una plataforma que conecta los Balcanes con el mundo.
Para la fotógrafa de conciertos Sophia Carey, afincada en Mánchester, es una prueba de fuego creativa. Equipada con la cámara Leica Q3, se mueve entre la energía desenfrenada del deslumbrante festival. Su objetivo no es solo capturar imágenes bonitas, sino sobre todo esa sensación tan difícil de captar el momento.
Creatividad con Limitaciones
A diferencia de sus encargos habituales, esta vez Carey no lleva consigo el pesado equipo de largos objetivos y grandes carcasas de cámara. En su lugar, opta por Leica Q3. Es una compañera compacta y discreta con la que pasa sin problemas el control de seguridad, como cualquier otro asistente al festival. En medio del bullicio de la música, las luces y el movimiento, este minimalismo se convierte en su mayor ventaja: puede pasar desapercibida, moverse con libertad y capturar el ambiente del festival sin verse limitada por el peso de ningún equipo adicional.
“Fotografiar el Sunny Hill Festival con Leica Q3 es un verdadero reto debido a la elección de un solo objetivo. Pero es precisamente esa limitación la que me obliga a pensar de forma más creativa.”
Sophia Carey
Del Foso de Fotógrafos al Panorama
En medio de la multitud, Carey levanta su Leica Q3 con objetivo fijo de 28 mm. Aprovecha la amplia perspectiva para capturar a Dua Lipa con un espectacular telón de fondo. El amplio campo de visión captura no solo a la propia artista, sino también el ambiente del espectáculo: el enorme escenario bañado por la luz, las fuentes de fuego que se disparan repentinamente hacia el cielo y los miles de fans que se mueven como una sola ola.
En estas instantáneas, la coreografía va mucho más allá de los bailarines. Se convierte en un diálogo entre la artista, la tecnología escénica y el público, capturado en una sola imagen que transmite la grandeza de ese momento.
Para el concierto de Shawn Mendes, Sophia Carey tiene acceso al foso de fotógrafos. Esto le da libertad de movimiento a escasa distancia del artista. Desde allí, captura no solo las impresiones del escenario principal, sino también la atmósfera especial del escenario B, donde los artistas y el público se encuentran cara a cara.
“El objetivo de 28 mm muestra todo su potencial en este tipo de entornos, especialmente en los planos generales. Cuando un artista camina por la pasarela, puedes ver a la multitud, las luces, todo el ambiente. Esta distancia focal es simplemente perfecta a corta distancia.”
Sophia Carey
Más que Simples Cabezas de Cartel
Sin embargo, Carey no solo se centra en las estrellas.
“Es importante encontrar un equilibrio entre la estética y la narración. No se trata solo de un artista o de la actuación de un cabeza de cartel. Se trata de los diferentes espectáculos. Hoy, mañana y durante el resto del fin de semana.”
Con sus fotos quiere contar historias: a través de la luz y el movimiento, a través de los rostros de la multitud, a través de la atmósfera que resuena entre dos canciones.
“Para mí, una buena foto combina narración y estética: no solo es bonita, sino que también cuenta una historia. La fotografía musical consiste en transmitir una sensación del ambiente en ese momento preciso.”
Una Vida Llena de Extremos
La rutina diaria de una fotógrafa musical es de todo menos predecible.
“A veces empiezo a trabajar a las 7 de la mañana, otras veces no llego a casa de un evento hasta esa hora. Cada día es completamente diferente.”
El Círculo se Cierra
La subida al escenario de Dua Lipa el viernes por la noche supone un hito personal para Carey.
Unos años atrás, en los inicios de su carrera, ya había fotografiado a Dua cuando la cantante apenas empezaba. Ahora Carey vuelve a encontrarse con ella, con más experiencia y una mirada más aguda. No solo es un momento que muestra la exitosa trayectoria de Dua Lipa como artista, sino que también refleja la propia evolución de Sophia Carey como fotógrafa.
Y mientras Sunny Hill se esfuma lentamente de la memoria, Carey ya está preparada para seguir el ritmo de los próximos espectáculos en clubes, salas de conciertos y festivales de todo el mundo. Para la fotógrafa de conciertos siempre hay algo que hacer.
