EL LEGADO DE UN LUTHIER TRASCIENDE LAS NOTAS MUSICALES

Cuando Lydia Ho presenció la construcción de un instrumento musical, tenía a mano una Leica M11. En septiembre de 2021, la fotógrafa observó al luthier Tan Chin Seng en su lugar de trabajo en Kuala Lumpur. Siendo ella misma músico, supo enseguida lo que era importante: una gran destreza. Ho aprovechó hábilmente la tenue iluminación del taller para captar sus sensibles imágenes. En nuestra conversación, la artista filosofa sobre cuánto le recuerda hacer fotos a la pintura y otras formas de arte, cómo aplica su idea de la estética y por qué, desde su punto de vista, tocar un instrumento está estrechamente relacionado con hacer fotografías.

En mi exploración fotográfica de los artesanos, me sumerjo en los intrincados mundos que crean. Todo comienza con una investigación exhaustiva, la comprensión de los matices del oficio y la apreciación de las herramientas y técnicas que dan forma a su arte. Enfoco mi objetivo en los detalles íntimos del proceso artesanal: las manos en el trabajo, las herramientas utilizadas con dedicación y la transformación de las materias primas en arte. Estas imágenes encapsulan la magia de la creación, tejiendo una historia que va más allá de la habilidad, revelando el corazón y el alma del artesano.

En esencia, mi fotografía es un viaje de descubrimiento, en el que capto no sólo el aspecto físico de la artesanía, sino también la profunda belleza, emoción y humanidad que los artesanos infunden a cada creación. A través de mi lente, aspiro a evocar un aprecio más profundo por los artesanos cuyas manos y corazones dan vida al arte.

Tan Chin Seng es un distinguido luthier de violines afincado en Kuala Lumpur (Malasia). Ha sido aclamado internacionalmente con premios en Italia (Concurso Internacional de Construcción de Violines, organizado por ANLAI, Asociación Nacional de Luthería Artística Italiana, Italia), testimonio de la excepcional calidad de su oficio. Más allá de los galardones, el compromiso de Tan se extiende a la formación de la próxima generación. Compartiendo generosamente sus habilidades y conocimientos, contrata aprendices, garantizando así que el arte de la fabricación de violines siga floreciendo en manos de artesanos apasionados y cualificados.

Tanto la fabricación de cámaras como la de violines exigen precisión, atención al detalle y equilibrio entre forma y función. Los expertos artesanos de ambos campos seleccionan meticulosamente los materiales, confían en el trabajo manual, combinan la tradición con la innovación e infunden expresión artística a su trabajo. Tanto si se trata de crear una cámara fotográfica como un violín, la artesanía de ambos procesos es un testimonio de la creatividad humana y la pericia técnica, y pone de manifiesto la creatividad humana y la maestría técnica de formas distintas.

¿Qué paralelismos hay con el uso de una cámara fotográfica? Ambas disciplinas requieren una práctica dedicada, la comprensión de los entresijos técnicos y el desarrollo de la memoria muscular para lograr resultados óptimos. Más allá de los aspectos técnicos, considero que, como pianista y vocalista, tanto la música como la fotografía son poderosos canales de expresión artística. La perfecta integración de habilidad y arte en estas actividades permite transmitir emociones, contar historias y establecer conexiones significativas con el público.

El proyecto despliega una cautivadora narración centrada en la extraordinaria artesanía del galardonado fabricante de violines de Malasia. En un país en el que la fabricación de violines no es algo habitual, este proyecto pretende iluminar la pasión y la determinación que encierra la trayectoria de este artesano. A través de una serie de bellas y artísticas imágenes, el proyecto pretende transmitir algo más que los aspectos técnicos; se esfuerza por evocar una profunda apreciación del amor del artesano por su oficio.

Cada fotografía cuenta una historia de meticulosa dedicación, mostrando la precisión y la habilidad necesarias para transformar las materias primas en una armoniosa obra maestra. Es una celebración de una forma de arte que va más allá de lo ordinario en un entorno en el que tal artesanía puede resultar inesperada. A través de este viaje visual, el proyecto pretende conectar a los espectadores con la rareza y la belleza de esta artesanía en el contexto malasio, ofreciendo una perspectiva única y convincente de la intersección entre pasión, determinación y artesanía.

En una época en la que el arte y la artesanía se pasan por alto en favor de la producción en masa y la reducción de costes, me gustaría seguir mostrando y destacando el arte de los artesanos en mis futuros proyectos, contribuyendo a la preservación de sus habilidades y tradiciones. También me apasiona apoyar a la comunidad de fotógrafas para fomentar la inclusión y la igualdad de género en este campo. Colaborando estrechamente con otras fotógrafas y animándolas, pretendo contribuir a una comunidad fotográfica más diversa y dinámica.

Nacida en Ipoh, Perak, una pintoresca ciudad minera de estaño situada a 200 km de la bulliciosa capital de Malasia, Kuala Lumpur, Lydia Ho se formó en educación musical, pero disfrutaba dando rienda suelta a su vívida imaginación. Empezó dibujando y compartiendo cuentos imaginativos con sus compañeros, lo que le valió reconocimientos y premios escolares y estatales. Esto la condujo finalmente al mundo de la fotografía, como otra salida para expresar su creatividad. Su talento le ha valido el reconocimiento de prestigiosas instituciones como el Prix De La Photographie Paris (PX3) y el International Photography Award (IPA). Las imágenes de Lydia han aparecido en varias revistas y periódicos, como Digital Camera Magazine, LFI magazine y Design Concept Magazine.

Más información sobre su fotografía en su sitio web y su canal de Instagram.